Comprometidos en la defensa de la vida, su calidad y su sentido existencial, tanto de las generaciones presentes como de las futuras, con la defensa de la dignidad, las libertades humanas y el respeto de los derechos humanos, para el bienestar y en la búsqueda de una sociedad sustentable.
Debemos a los antiguos griegos, los fundamentos de la moral racional o filosófica.
La rama del derecho que protege la dignidad humana frente a la ciencia y la tecnología.
Orienta las relaciones interpersonales en función de la vida en sociedad, promoviendo la justicia, la solidaridad y el diálogo, como garantes de la supervivencia.
Reflexiona sobre el impacto de las biotecnologías en el medio ambiente y la preservación de la vida en el planeta para las generaciones futuras.
Los avances biotecnológicos que se multiplican cada día, más allá de sus beneficios, pueden vulnerar la dignidad humana y poner en peligro la supervivencia de la especie, por lo que deben establecerse límites bioéticos.
Incumbe a la Bioética en todos sus niveles, con especial énfasis en la Justicia Sanitaria, referida a la equidad en el acceso y la asignación de recursos sanitarios.
La invetigación debe tener un fundamento ético, sea para el bien del hombre, la sociedad o el ecosistema.
Una sociedad es más humana cuando es capaz de proteger a un indefenso ser humano desde el momento de la concepción.
El final de la vida no es una fatalidad que toca resolver a cada individuo, sino una responsabilidad solidaria con el otro.